arbolciencia

Novela escrita originalmente en español por Pío Baroja, editada por primera vez en 1911 por la editorial Renacimiento. La segunda edición, en 1918, fue modificada por el autor. Yo la he leído en la edición de Pío Caro Baroja, sobrino de Pío Baroja, de forma casual, y me parece una gran edición. Las notas aclaratorias están muy bien dosificadas, facilitando la comprensión sin torpedear la lectura. Especialmente interesantes las notas biográficas sobre personajes a los que se hace referencia como conocidos en la época, que son personajes reales; sin ellas se perdería gran parte del sentido de los diálogos.

El árbol de la Ciencia es una novela dramática, casi podríamos decir trágica, en la que queda perfectamente reflejado aquello que estudiamos en el Bachillerato del pesimismo de la Generación del 98. Es una lectura agria por el clima imperante de miseria y decadencia desde la primera página hasta la última. Cuenta la historia de Andrés Hurtado, un muchacho de clase media burguesa que entra en la Facultad de Medicina hasta licenciarse y luego trabaja en un pueblo de Castilla La Mancha. Es una novela autobiográfica, bastante ajustada a la realidad, en la que Pio Baroja muestra, en primer lugar, su falta de vocación por la Medicina, además de la constante preocupación por las miserias de la época, no sólo económicas sino también humanas. Por medio de conversaciones con su tío Iturrioz, médico támbién (y también personaje real cambiado de nombre) muestra su interés por la filosofía (fundamentalmente Kant y Schopenhauer) y su aplicación a la vida diaria, una vida desdichada marcada por la tragedia (en la muerte de su hermano) y por la autoexclusión social.

La descripción de la enseñanza recibida en la Facultad muestra profesores desfasados (entre ellos nuestro ya conocido Dr. Letamendi, al que pone como los trapos) y ausencia absoluta de interés por el enfermo como persona, tanto en profesores como alumnos; y su posterior ejercicio de la profesión supone un fracaso, por su incapacidad para la integración en una sociedad de provincias de la época, y su disgusto constante por la decadencia de sus enfermos, de los que llega a sentir asco por su forma de sobrevivir. El único personaje que se sale de la autobiografía es Lulú, una muchacha desvergonzada y simpática que, junto a su tío Iturrioz, será el único consuelo del protagonista.

Por ser una obra maestra de nuestra literatura, por mostrarnos que no siempre cualquier tiempo pasado fue mejor, y por acercarnos al mundo de la Medicina del S. XIX, El árbol de la Ciencia entra en nuestra sección de Imprescindibles por méritos propios.